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Heraldo de Aragón, 14 de Noviembre: Cultura financiera
Foto del Heraldo de Aragón del 14 de Noviembre 2016

Heraldo de Aragón, 14 de Noviembre: Cultura financiera

Nacional ·
17/11/2016 ·
#Educación financiera
·
PÚBLICO OBJETIVO: Público en General
Del mismo modo que reseñamos que algo no va bien cuando los chavales no aprenden inglés, hay que ser críticos con su pobre cultura económica

Saber de finanzas, y por extensión de todo lo que tiene que ver con la economía,hace más libres a los ciudadanos. Les dota de conocimientos que les sirven para tomar las decisiones más adecuadas, como apuntan los asesores financieros.

La cultura financiera en España es «baja, baja. Mejorando, pero baja», apuntaba en una entrevista publicada ayer en este diario Josep Soler, presidente de la Asociación Europea de  Asesores Financieros (EFPA). «La educación financiera sirve para empoderar a la gente, para ayudarle a tomar decisiones », añadía el profesional utilizando un antiguo verbo español –empoderar– recientemente recuperado por la Academia de Lengua para referirse al hecho de «Hacer poderoso o fuerte a un individuo o grupo social desfavorecido».

Lamentaba Soler, y así se encargaron de recalcarlo todos los que intervinieron en la presentación del V congreso EFPA de asesores financieros en España, que se celebró hace unos días en Zaragoza, que cueste tanto introducir las asignaturas de Economía y Finanzas en la enseñanza primaria e incluso en la secundaria, lo que nos hace perder un tiempo precioso de formación que no todos los estudiantes consiguen recuperar con el tiempo. Parece que no interese, sugería alguno, que los ciudadanos sepan de ciertos temas para que puedan ser más manipulables. ¿Es esa la sociedad que queremos?

Del mismo modo que reseñamos que algo no va bien en nuestro sistema educativo cuando los jóvenes concluyen sus estudios de bachillerato sin conseguir un nivel aceptable de inglés –lo que sí ocurre en otros países europeos–, hay que ser beligerante también al criticar que su cultura financiera (o más ampliamente, la económica) es muy pobre.

Conscientes de esta realidad, no son pocos los directores y profesores de muchos colegios repartidos por todo el país que ofrecen a sus alumnos programas para mejorar su formación en economía o en aspectos directamente vinculados con las actividades empresariales que acabarán desarrollando en el futuro. Instituciones de ámbito nacional como el Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) o la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA), entre otras, promueven planes con entidades financieras para poner su granito de arena en la formación de los chavales.

En Aragón hay muchos ejemplos reseñables de acciones de este tipo. Cientos de jóvenes estudiantes de la ESO, por ejemplo, han participado en jornadas de Finanzas Básicas organizadas por Ibercaja. En un campo más específico como el emprendimiento, programas como el de ‘Emprender en la escuela’, impulsado fundamentalmente por el Instituto Aragonés de Fomento (IAF), han funcionado también con mucho éxito, en gran parte por la implicación de otras organizaciones que también son conscientes de la importancia de estos temas en los colegios, como la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE). Directivas de Aragón, la Asociación de Mujeres Profesionales y Directivas de Aragón (Ampda) que se creó en 2007, realiza también acciones en colegios para dar cuenta de su actividad y promover valores de igualdad.

Más allá de la formación que se imparte a jóvenes en los colegios está la difusión de una cultura en materia de finanzas, industria o comercio –la cosa económica, en definitiva– que en este caso recae más directamente en las instituciones públicas, aunque también en otros agentes (sindicatos, patronales, empresas). En este campo vale la pena destacar la promoción de la cultura de la excelencia empresarial que realiza el Gobierno de Aragón, a través del  IAF, desde hace 20 años con la celebración del premio que reconoce a compañías grandes y pequeñas por su buen hacer y cuya edición de 2016 se celebra el próximo miércoles, o el efecto tractor de grandes empresas que han aportado mucho a la cultura industrial aragonesa. General Motors, que trajo en 1982 modos de trabajar de los que nada se sabía por aquí, y BSH (Balay), la firma que más estrechamente ha trabajado con la Universidad de Zaragoza, son dos buenos ejemplos. Nombres propios que favorecen esa formación en Economía que necesitamos para ser más libres, para tener más poder de decisión.

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