El perfil de la persona que sufre adicción al juego y a las apuestas es cada vez más joven. Ante la situación de confinamiento actual, las horas frente al ordenador o dispositivos móviles no deberían acentuar este fenómeno. Los expertos señalan la educación financiera como herramienta esencial para no caer en una espiral de gasto que comprometa la salud financiera y el futuro de estas personas.
“Fui consciente de que tenía adicción al juego en el momento en que una mañana gané 400 euros, organicé durante el mediodía cómo los iba a distribuir durante el verano, y antes de que llegara la noche ya los había perdido”.
Este testimonio, recogido en la guía ‘Jóvenes y juego ‘online’ elaborada por la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados (FEJAR) y financiada por el Ministerio de Sanidad, es un ejemplo de hasta qué punto la adicción al juego afecta, entre otros factores, a la salud financiera.
Cada vez más jóvenes
La guía de FEJAR ofrece el retrato robot de las personas que suelen sufrir este tipo de adicción. “Una parte importante de los jugadores con problemas son jóvenes, con niveles educativos más elevados y juegan preferentemente ‘online’ o llevan a cabo apuestas deportivas”. Las alertas saltan cuando la persona cumple cuatro (o más) de los siguientes criterios durante un periodo de doce meses:
- Necesita apostar cantidades de dinero cada vez mayores para conseguir la excitación deseada.
- Está nervioso o irritado cuando intenta reducir o abandonar el juego.
- Ha hecho esfuerzos repetidos para controlar, reducir o abandonar el juego, siempre sin éxito.
- A menudo tiene la mente ocupada en las apuestas: por ejemplo, reviviendo continuamente con la imaginación experiencias de apuestas pasadas, condicionando o planificando su próxima apuesta o pensando en formas de conseguir dinero para apostar.
- Muchas veces apuesta cuando siente desasosiego.
- Después de perder dinero en las apuestas, suele volver otro día para intentar ganar y así “recuperar” las pérdidas.
- Miente para ocultar su grado de implicación en el juego.
- Ha puesto en peligro o ha perdido una relación importante, un empleo o una carrera académica o profesional a causa del juego.
- Cuenta con los demás para que le den dinero para aliviar su situación financiera desesperada provocada por el juego.
Cifras preocupantes
La Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), organización con la que BBVA colabora desde 1987, con iniciativas como los Premios a la Acción Magistral, un proyecto educativo que apoya a los profesores españoles más innovadores y creativos, ha puesto en marcha la campaña ‘Defiende lo obvio’. El objetivo de dicha campaña es concienciar sobre los riesgos que el juego de azar con dinero y las apuestas deportivas entrañan en el desarrollo de los menores y dar pautas para su detección y prevención en familia, ya que puede ser una conducta problemática poco visible.
Las cifras son preocupantes. El aumento y normalización de esta práctica se ha confirmado en la Encuesta ESTUDES del Plan Nacional sobre Drogas (noviembre, 2019) que señala que en dos años (desde 2016 a 2018) ha aumentado en casi cuatro puntos porcentuales el número de jóvenes, entre 14 y 18 años, que han jugado con dinero online (pasando del 6,4% al 10,3%) y casi diez puntos quienes lo han hecho presencialmente (del 13,6% al 22,7%). El porcentaje de chicos es superior que el de chicas y juegan con dinero tanto ‘online’ como en casas y salas de apuestas.
La investigación realizada por la Fad “Jóvenes, juegos de azar y apuestas” concluye que, para los jóvenes entre 18 y 24 años, se trata de una actividad de ocio más, con baja percepción de riesgo, y que las pérdidas económicas derivadas del juego son consideradas como “un gasto de ocio más”. Los jóvenes afirman que comienzan jugando con dinero de forma presencial ya que las casas de apuestas y salones de juego se han convertido en un punto de encuentro juvenil, pero que tras los inicios en las salas es el juego ‘online’ el que contribuye a la consolidación de los hábitos. En situación de confinamiento el juego de apuestas presencial ha desaparecido (era el de mayor crecimiento), y también las apuestas deportivas porque no hay competiciones deportivas. Preocupa que pueda crecer otro tipo de juego online (por ejemplo, el póker) que hay que prevenir, y sobre todo aprovechar para hablar de ello en familia.
La FAD alerta de que se trata de “un asunto que se ha agravado con la accesibilidad del mundo ‘online’, que permite una mayor falta de control y más riesgo de adicción”. Además de problemas psicológicos, sociales y físicos (cansancio, insomnio, mala nutrición…), la salud financiera se ve afectada. Según datos de la Dirección General de la Ordenación del Juego del Ministerio de Hacienda, el gasto medio anual de los jóvenes españoles, de entre 18 y 25 años, ha alcanzado los 220 euros en juegos ‘online’, cifra que se ha visto incrementada un 30% en el último año.
El problema no conoce fronteras. En Gran Bretaña, el estudio ‘Young People & Gambling 2018’ elaborado por la Gambling Commission, entre chicos de entre 11 y 16 años, revela que el 5% de los jóvenes había gastado su propio dinero en juegos ‘online’ en los últimos doce meses. Por su parte, el portal especializado Addictions.com ha publicado que 750.000 jóvenes estadounidenses entre 14 y 21 años son adictos al juego.
Factores psicológicos y sociales
“Las apuestas deportivas gozan de gran aceptación entre el público joven, ya que permiten multiplicar, a veces exponencialmente, el dinero invertido, partiendo de una apuesta mínima, como un euro”, explica FEJAR en su informe. Además de factores psicológicos y emocionales, como por ejemplo la impulsividad típica de la edad, la federación también apunta otras causas. Una de ellas es la sociedad de consumo, “con pérdida de valores tradicionales que se han visto sustituidos por el valor y culto al dinero fácil” o determinados entornos familiares en los que “se compensa con premios materiales a los hijos/as”. El ‘marketing’ juega también un papel importante con el aumento de reclamos publicitarios como bonos de bienvenida, promociones y anuncios en todos los medios, que influyen en este público más vulnerable.
Prevención de la adicción
¿Cómo evitar que un joven caiga en este tipo de adicción? La Dirección General de Ordenación del Juego apunta directamente a las pautas de juego responsable para aquellas personas que no estén afectadas por ningún trastorno. Estas pautas promueven un comportamiento prudente cuando se va a jugar, haciendo hincapié, en el aspecto financiero, en gastar una cantidad limitada de dinero y nunca aquella que va destinada a los gastos fijos. Además, es fundamental, la protección del menor por la leyes que rijan cada país con una estrategia dirigida “a las personas, las familias y al conjunto de la sociedad, contribuyendo a construir una sociedad más saludable, informada y segura”.
Si la persona joven ya ha empezado a jugar y a dar las primeras señales de alerta, el portal estadounidense Help Guide ofrece unas pautas de prevención, que incluyen una serie de consejos para resguardar el aspecto financiero, entre ellos:
- No utilizar las tarjetas de crédito.
- Dejar que sea otra persona la que se haga cargo del dinero.
- Permitir que el banco haga los pagos automáticos que sean obligatorios, para evitar que ese dinero se utilice en las apuestas.
- Cerrar las cuentas que se tengan de casas de apuestas ‘online’
- Llevar una cantidad limitada de efectivo.
Sin embargo, antes de llegar a este punto, es importante prevenir con pautas de educación financiera que ayuden al niño y al joven a entender que debe hacer un uso responsable del dinero. Aprender hábitos financieros a edades tempranas, que incluyan un control de los ingresos y los gastos, es una buena forma de no entrar en espirales de gasto innecesarias que pueden tener consecuencias negativas en el futuro. En ese sentido, una herramienta especialmente útil es el presupuesto con el que los niños y jóvenes aprenden, no solo a controlar las finanzas, sino a gastar mejor, permitiéndoles afrontar cualquier emergencia financiera y cumplir sus metas de ahorro.
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