Aunado al número creciente de productos que ofrecen los mercados financieros y su efecto en el desarrollo económico de los estados, así como en la calidad de vida de sus ciudadanos, la educación financiera se hace cada vez más relevante en el mundo moderno dado que los gobiernos están descargando en sus ciudadanos la responsabilidad de aspectos tan importantes como la pensión, gastos de salud y educación.
Los productores agropecuarios no son ajenos a este fenómeno, y en ellos cobra particular importancia este tema, porque desde siempre han tenido que hacerse cargo de sus gastos de salud, agravado por el hecho de que no tienen fondos de pensión y su nivel de formación educativa, en general, no rebasa el nivel de instrucción primaria.
La importancia de la educación financiera radica en que los conocimientos y herramientas que se adquieren con este tipo de educación les permiten a los productores tomar decisiones informadas y efectivas de los activos y recursos financieros, que, en el caso de los agronegocios, pueden ser la tierra, cultivos, inversiones y ahorro, y cuya adecuada gestión repercute en el bienestar familiar. De acuerdo con Amezcua Eva, et. al. (2014), los bajos niveles de cultura financiera que tiene la población mexicana se deben en gran parte a la falta de educación financiera, esto se refleja principalmente en el escaso o nulo uso de productos y servicios financieros, en malos hábitos al momento de adquirirlos, en el desconocimiento de sus derechos y obligaciones, así como en la falta de planeación financiera, lo que impacta negativamente en su bienestar y calidad de vida, al mismo tiempo que no coadyuva a que las instituciones financieras alcancen los niveles de competitividad requeridos y que se impulse el desarrollo económico del país. Algunos ejemplos, según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera en el 2015, son: 16.4% de los mexicanos tenía un crédito formal; siete de cada 10 mexicanos no tiene ningún tipo de seguro; 52.4% de mexicanos no tenía cuenta de ahorro para el retiro o afore, y cinco de cada 10 mexicanos no sabían a qué institución acudir para presentar una queja si tuvieran algún problema con créditos, tarjetas, ahorros o productos financieros. Esta situación se agrava si se trata del sector agropecuario.
La Fundación Alemana de Servicios en México, conocida como la Sparkassenstiftung für internationale Kooperation, desarrolló una herramienta de educación financiera que, en el marco de un convenio de colaboración entre FIRA, fue adaptada e implementada para el ámbito agropecuario con apoyo de los Centros de Desarrollo Tecnológico de FIRA, y a través de la cual se enseña a pequeños productores y microempresarios del campo cómo hacer rentable su negocio agropecuario. La herramienta se denomina Simulador de Agronegocios.
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