Los datos de 2015 muestran, una vez más, que tenemos mucho trabajo por hacer para que nuestro país alcance el nivel de formación de otros países desarrollados.
España se encuentra en el puesto número 10 de los 14 participantes, por encima de Brasil, Perú, Chile, Eslovaquia y Lituania
Sigue habiendo clases: los que pertenecen al 25% más rico obtienen de media 79 puntos que los que provienen del 25% más pobre
Desde hace unos años, coincidiendo con el estallido de la crisis económica de 2008, la OCDE ha mostrado una preocupación especial por la educación financiera de niños y adolescentes. De ahí que desde PISA 2012 haya añadido una categoría relacionada con este aspecto. En la presente edición de PISA 2015, que se presenta hoy, España vuelve a encontrarse por debajo de la media (489), con una puntuación de 469. 15 puntos menos que en la pasada edición, donde se tenía en cuenta a 13 países y no a 10 como en esta ocasión, lo que ha provocado que la media global también descienda en 11 puntos.
Según los datos presentados por el informe, uno de cada cuatro adolescentes españoles de 15 años (exactamente, un 24,7%) no llega al nivel mínimo de competencia. No obstante, la media de los países desarrollados tampoco se encuentra tan lejos, con un 22%. Estos datos quieren decir que los alumnos son capaces de entender el objetivo de un documento financiero como una factura, pero no explicar los principales productos financieros, saber diferenciar entre lo que se necesita y lo que se quiere o tomar decisiones razonadas en el gasto cotidiano.
Más llamativo aún es que el porcentaje de estos estudiantes que no cumplen con el mínimo haya aumentado sensiblemente desde la pasada oleada, cuando el porcentaje se encontraba en el 16,5%. Es probable que esto se deba a la confección del estudio, ya que en el resto de los países de la OCDE la media también ha crecido desde un 15,3% hasta un 22,3%. En la clasificación global, España se encuentra en el puesto número 10 de los 14 participantes. Esto nos sitúa por encima tan solo de Brasil (393), Perú (403), Chile (432), la República Eslovaca (445) y Lituania (449). El primer país es China (las regiones de Pekín, Shanghai, Jiangsu y Guandong, con 566), seguido por la Región Flamenca de Bélgica (541).
Los resultados están relacionados de manera muy estrecha con los obtenidos en Matemáticas y Comprensión Lectora, dos aspectos en los que no solemos salir muy bien parados. El informe señala que las habilidades recogidas en el presente estudio se relacionan hasta en un 58% con aquellas dos; y, a pesar de ello, constituimos una excepción negativa, puesto que nuestro país obtiene una peor puntuación que otros países que sacan notas semejantes en Matemáticas y Comprensión Lectora.
Los niños españoles y el dinero
Tan solo un 5,6% de los estudiantes evaluados obtienen la máxima calificación, por un 11,8% de la media total. Estos son los capaces de analizar proyectos financieros complejos, resolver problemas no rutinarios y entender el panorama económico a nivel global. También pueden identificar un timorecibido por correo electrónico. Además, son capaces de entender cuánto deben esperar para adquirir un producto que desean, mientras que otros estudiantes de menor nivel lo adquirirían de todas formas. La capacidad de ahorro es uno de los factores más importantes en estos exámenes como base de la economía doméstica. En esta evaluación, las chicas suelen sacar mejor nota que los niños en problemas financieros.
Entre los factores relevantes para obtener mejores notas se encuentra, según el informe, disponer de una cuenta corriente. Esto puede marcar una diferencia de hasta 28 puntos con aquellos que, aunque provengan del mismo entorno socioeconómico, no disponen de una. Sin embargo, los resultados sugieren que sigue habiendo clases: los que forman parte del 25% más rico de la sociedad obtienen de media 79 puntos más que los que se encuentran en el cuarto más pobre. La diferencia en el resto de la OCDE es incluso mayor, con una diferencia de 89 puntos.
Los datos vuelven a hacer saltar las alarmas, sobre todo si también tenemos en cuenta que los hijos de inmigrantes obtienen hasta 33 puntos menos. Si los resultados de PISA 2015 ya apuntaban a una fuerte división entre las diferentes regiones de España, esta brecha social también provoca que sean los pertenecientes a los estratos más bajos de la sociedad quienes peores conocimientos tienen y, por lo tanto, más vulnerables sean a las estafas y a los productos tóxicos. Los que adquieren la máxima cualificación son aquellos que pretenden obtener un grado universitario.
Entre las costumbres monetarias más habituales entre los estudiantes españoles se encuentran recibir dinero de amigos o familiares (79%), aunque tan solo un 38% percibe la paga, mientras que una cuarta parte obtiene ingresos por hacer pequeños trabajos informales. La mayoría de estos últimos alumnos suelen pertenecer a entornos menos favorecidos. Además, el 78% de los estudiantes españoles habla de dinero con sus padres todos los meses. El 50% asegura ahorrar todos los meses, el 23% solo cuando tienen dinero de sobra, el 19% cuando quieren comprar algo excepcional y un 4%, jamás.
Finanzas en los colegios españoles
En España, la formación económica forma parte desde 2014 del currículo de Primaria a través de las Ciencias Sociales, y en 4º de ESO dentro de la asignatura optativa de Economía. Además, diversas regiones como la Comunidad de Madrid han implantado el Plan de Educación Financierapromovido por el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Un informe de 2015 certificaba su éxito a la hora de mejorar el rendimiento de los alumnos en exámenes de competencia financiera.
Los detractores de esta clase de formación recuerdan que puede ser una forma de responsabilizar a consumidores y no al sistema
Como señalaba este proyecto, “la evolución más reciente de nuestra sociedad, caracterizada por la progresiva complejidad de los mercados, de las relaciones financieras entre los individuos y las empresas, y de los propios productos y servicios financieros, está poniendo de manifiesto una creciente necesidad de prestar atención a la educación financiera de los ciudadanos, consumidores y demandantes, actuales o potenciales, de tales productos y servicios”. Sin embargo, el debate sobre la pertinencia educación financieraen los colegios españoles aún está abierto.
En parte porque, como señalaba José Antonio Marina en El Confidencial, en su opinión, la educación financiera tal y como es concebida en el programa de la OCDE ‘Financial Education in Schools‘ es tan solo una parte de la formación económica global. Además, puede tratarse de una manera de trasladar la responsabilidad desde el sistema financiero hasta los consumidores. De ahí que los detractores recuerden que el aprendizaje de los mecanismos del mundo financiero debe ser, ante todo, crítico.
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