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Un impulso a las ilusiones.Poder montar un negocio, es lo que procura CaixaBank a través de sus microcréditos

Un impulso a las ilusiones.Poder montar un negocio, es lo que procura CaixaBank a través de sus microcréditos

Nacional ·
04/11/2017 ·
#Emprendimiento
·
PÚBLICO OBJETIVO: Público en General

Un impulso a las ilusiones.Poder montar un negocio, comprar una furgoneta o un sencillo frigorífico. Es lo que procura CaixaBank a través de sus microcréditos

Necesidades y sueños. Esos son los dos ingredientes que maneja con esmero MicroBank para convertirse en un generador de ilusiones. La ilusión de montar un negocio, de poder comprar la furgoneta necesaria para autoemplearse o, sencillamente, de estrenar un frigorífico cuando hace falta. El banco solidario de CaixaBank gana impulso desde su creación, en 2007, empujado por una crisis económica que ha vuelto su labor mucho más necesaria, explica la directora ejecutiva de Comunicación, RSC y Marca de la entidad, María Luisa Martínez Gistau, “precisamente por dirigirse a los colectivos más expuestos a los efectos de la crisis”.

Es posible una banca responsable

JORDI GUAL, PRESIDENTE DE CAIXABANK

Un CaixaBank hacemos referencia a menudo a nuestra historia. Tiene lógica. Estamos orgullosos de lo que nuestros antecesores empezaron a construir con mucho esfuerzo ya en 1904. Desde aquellos días, el compromiso de CaixaBank con el desarrollo socioeconómico de los territorios en los que operamos nos hace ser muy conscientes de la necesidad de aunar rentabilidad económica y comportamiento responsable comprometido con los clientes y la sociedad.

En este sentido, nos ponemos metas ambiciosas: el Plan Estratégico 2015-2018 de CaixaBank tiene como objetivo que seamos el mejor banco en calidad y reputación. Para ello, gestión y actividad se someten a los más estrictos parámetros de responsabilidad social, algo que hemos integrado en todos los procesos de toma de decisiones del banco.

Los reconocimientos a nuestra estrategia, tanto nacionales como internacionales, nos indican que estamos en el buen camino y nos animan a seguir trabajando. Se trata de una carrera de fondo en la que somos conscientes de que, como una de las entidades financieras más importantes de Europa, debemos dar ejemplo en retos como el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Damos además un paso adelante, yendo más allá de las exigencias que nos marcan los reguladores. De esta forma, aportamos nuestro granito de arena para solucionar problemas que generan una lógica inquietud social (como por ejemplo en el tema de la vivienda). Otro de los puntales de nuestra acción en responsabilidad social son las microfinanzas. MicroBank se ha convertido en una importante palanca para la creación de empleo, concediendo crédito bajo palabra a miles de personas que, de no existir nuestra propuesta, quedarían fuera del sistema financiero y, lo más importante, sin un proyecto vital para mirar al futuro con optimismo.

Aspiramos a contribuir, desde nuestra actividad económica, a crear una sociedad más justa. Es la herencia centenaria de nuestra entidad, a la que han dedicado su trabajo varias generaciones de empleados, y que nosotros preservamos con auténtica pasión. Por ello no planteo el título de esta tribuna como una cuestión. Lo afirmo: es posible una banca socialmente responsable, y CaixaBank es un ejemplo.

MicroBank se especializa en la concesión de pequeños créditos a personas que tienen un difícil acceso al mercado bancario o que no reúnen las garantías suficientes para que les presten dinero. Normalmente son familias con rentas bajas o autónomos y emprendedores sin grandes ahorros o historial financiero. Estos últimos han experimentado un fuerte desarrollo durante la recesión debido a la reducción de la oferta de crédito del resto de bancos y la aparición de una nueva categoría de emprendedores: los emprendedores por necesidad, o sea, personas que han perdido el empleo o tienen dificultades para estrenarse en el mercado laboral, dadas sus estrecheces, y ven como única salida crear un negocio propio, continúa Martínez Gistau.

Vivian Nazario, de 37 años, es una de ellas. Hace 14 meses estaba en paro. La habían despedido de su empresa después de tener un hijo. Ya tenía en mente cambiar su puesto de administrativa por otra profesión y, para ello, había hecho un par de cursos de peluquería canina y de asistente veterinario, dada su afición a las mascotas, explica. El paro fue una espoleta para que pusiera en marcha su idea de abrir una peluquería canina en Madrid: Mascota Real. Pero no disponía del capital suficiente. Tras serle denegado un crédito, acudió a CaixaBank, donde le hablaron de la posibilidad de conseguirlo a través de MicroBank.

Y así fue, una vez comprobado que su idea y plan de negocio eran viables, Vivian recibió 30.000 euros a pagar en cinco años para montar su peluquería y adquirir una furgoneta con la que proporcionar un servicio innovador a sus clientes: la recogida del perro y posterior entrega a domicilio una vez acicalado. Sin necesidad de proporcionar avales ni garantías. “No me han pedido nada más que 1.000 euros de aportación inicial y se han portado genial conmigo. Tanto que CaixaBank siempre va a ser mi banco”, declara agradecida. Mascota Real ya ha atendido a 1.300 perros en su año de andadura, ha contratado a un peluquero por las tardes y está pensando en expandirse, cuenta la orgullosa emprendedora, que tiene 500 clientes.

Expansión

Algo que Rosa Talló, de 28 años, ya ha hecho. Su pastelería La Roseta de Barcelona tiene una sucursal, La Cala, a pocos metros de distancia, en la Barceloneta, apenas tres años después de la inauguración. Ambos negocios han sido posibles gracias a sendos microcréditos de 18.000 euros del banco solidario de CaixaBank, su entidad, con los que “cumplí mi sueño”, dice Rosa, contenta con esta ampliación con la que ha dado el empujón que necesitaba su hermano de 22 años para gestionar un negocio por sí mismo. Entre las dos tiendas pastelería-cafetería, los Talló, además de autoemplearse, han conseguido trabajo para tres personas y dos más en temporada alta.

Y ese es uno de los mayores orgullos de MicroBank. En sus 10 años de vida, el banco solidario ha concedido más de 600.000 microcréditos por importe cercano a 4.000 millones de euros y hasta 2016 ha contribuido a generar 181.000 empleos, según el último informe del Instituto de Innovación Social de la escuela de negocios ESADE para la entidad. Solo hasta septiembre de este año ha otorgado cerca de 113.500 préstamos por valor de 687 millones de euros, indica Martínez Gistau. “MicroBank está cumpliendo con su misión. Una iniciativa en la que somos pioneros en España y líderes en Europa está alcanzando y superando los objetivos iniciales”, aprecia la directiva. En 2016, la entidad tuvo un beneficio neto de 34 millones de euros.

La entidad presidida por Jordi Gual “es un banco con vocación social y, en esta línea, colabora con la Obra Social “la Caixa” impulsando actuaciones y ayudas que se articulan directamente a través de su red de 5.525 oficinas para dar respuesta a las necesidades locales más urgentes”, agrega Martínez Gistau. Ello permite apoyar proyectos sociales de pequeña envergadura, pero que, en conjunto, tienen una gran incidencia en la mitigación de las dificultades de miles de personas. Asimismo, el banco también impulsa otro tipo de acciones solidarias pioneras como las Semanas Sociales, en las que más de 11.000 empleados participan como voluntarios en más de 5.000 actividades de 1.500 entidades sociales locales de toda España vinculadas a la Obra Social “la Caixa”.

Su compromiso con la banca socialmente responsable ha llevado a CaixaBank, por ejemplo, a crear un servicio de atención al cliente hipotecario, que solo el año pasado recibió 31.000 llamadas, o a gestionar activamente la deuda de particulares con dificultades desde 2009, señala la entidad. Tiene en marcha también programas de formación en materia de educación financiera tanto para colectivos vulnerables, a los que enseña finanzas básicas, como para los accionistas del banco. Además, su estrategia para reducir emisiones de gases de efecto invernadero y mitigar los riesgos del cambio climático le ha hecho revalidar este año su presencia en el índice Climate A List de CDP, al igual que, en una actividad de responsabilidad social más amplia, en el Dow Jones Sustainability Index (DJSI) o el índice Ethibel. Un compendio de iniciativas que ponen de manifiesto que la entidad financiera tiene incorporada la RSC en el día a día del negocio y en el proceso de toma de decisiones.

Los datos

La entidad gestiona directamente 44,3 millones de euros de la Obra Social “la Caixa”, que cuenta con 510 millones de euros de presupuesto en 2017

68 talleres de educación financiera con 1.100 asistentes en 2016

En el programa Aula, formación para accionistas, participaron 1.300 personas el año pasado y 7.000 desde que arrancó, en 2010

15.000 empleados, prejubilados y jubilados del banco forman parte del Programa de Voluntariado Corporativo, que ha tenido 1,2 millones de beneficiarios desde 2005

El plan de ayudas a particulares ha facilitado 22.400 daciones en pago y 33.500 viviendas en alquiler social desde 2009

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